lunes, 28 de mayo de 2018

Y tu beso

Encerrado,
encarcelado en muros de cemento,
y los ladrillos se estrechan,
cada vez más asfixiantes,
son pocas las horas que se tornan en calma,
desidia, inanición, insomnio;
persigo el halcón desgarrado en mi corazón,
busco la cima blanca de oxigeno voraz,
rompo el viento,
atravieso el agua,
y me doy cuenta que el abismo está cerca
pero de nuevo el laso me sostiene
y me ata a tu vida.
Por el momento un cigarro calma mi espera,
pronto me abrazaras
y tu beso me saciará de vida.

#Poesía 

miércoles, 23 de mayo de 2018

¿Cómo no esperarte?

Mi claro de luna,
luz de amanecer,
voz en el silencio,
mi paso de la fortuna,
mi agonía
y pasión más que prohibida,
mi sin mentiras y sin dudas percibidas,
mi conocimiento en la oscuridad,
lágrima y vida,
vela en mi alma,
desde lejos y desde siempre,
mi nunca,
un todo.
Y me propones ese todo,
voy, arriesgo,
porque este anhelo es sin promesas,
sin leyes,
y me propones letra,
sin tiempos,
sin distancia,
me propones comprensión y entendimiento,
y te escucho con todos mis sentidos,
viajo,
llego con mis zapatos viejos,
mi barba larga,
mi mente abierta,
mi corazón atento
y mis manos encallecidas,
con mi alma transparente,
y mi sensibilidad latente.
Ahora,
todo me conduce a ti,
y soy todo el tiempo que te ha faltado,
te espero,
todas las noches,
todos tus afanes,
tus cansancios,
tus silencios,
tu sentir,
toda una vida,
te espero sin reloj,
y mi mano te espera,
y mi abrazo,
para que llegues
cuando necesites el calor
de muchos años de frío,
y te escucho,
y si no tienes palabras,
igual escucho tu noche,
tu sueño,
tu despertar…
y yo voy         
a tu lado más leal
¿Cómo no ir?
¿Cómo no esperarte?

#Poesía

lunes, 21 de mayo de 2018

Estoy

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.
 Mario Benedetti

Estoy danzando en la oscuridad,
acompañado por carruajes dorados,
dragones de fuegos atlánticos me exaltan
y de sus gargantas expulsan
la belleza de una esencia morena,
que ardió espontáneamente en mi pecho y mente.
Sombras, noches, deseos,
conjugándose con parapetos de cansancio,
con alas sin plumas y sin viento,
con ansias locas de volar;
y tu sonrisa aparece oportuna,
desde aquella sombra nocturna
y diurna,
diosa de mis locuras,
princesa de mis odiseas.
Lejos estoy ya de mis preceptos morales
y cuan cerca estoy
de tu manto de blancura canela,
de tu transparencia amada.
¿Serás sombra, risa, alegría o una maldición, bendita?

#Poesía

viernes, 18 de mayo de 2018

Si algún día me faltarás

Si algún día me faltarás
te buscaría en las tardes de marzo,
en las noches de abril,
en las aves que cantan a la tarde,
en la lluvia que te despertaba al amanecer,
te buscaría en esa playa en la que no estuve pero fui,
te buscaría en las calles que sentían tus pasos andar y correr,
te buscaría en el sonido de esos buses a la media noche,
en la cancha dónde jugaban esa tarde que me llevaste a tu puerta.
Si algún día me faltarás
cerraría los ojos y tu voz me llevaría
a buscarte a tres pasos de distancia,
a 5 o 6 minutos de ti.
Si algún día me faltarás
tenlo por seguro
que me convertiría en estrella,
en ave, en viento,
en sueño, en lluvia...
para siempre estar junto a ti
y así no estuviera,
no dejarte sola,
y ningún día faltarte.

#Poesía

jueves, 17 de mayo de 2018

Selva Mujer

Mirada de selva,
bosques tiernos y extraños,
ríos torrenciales, lagunas profundas,
flor silvestre y felina,
caricias huracanadas, besos abismales,
solo selva mujer.
Orquídea y manos llenas de pasión,
verdes ocasos de satisfacción,
sin parapetos tremulantes
y con voz de tambor.
En sus piernas los eucaliptos,
en su cintura las fresas,
con su cabello sabor a adicción,
sus caderas de hoguera y ardor.
Desnuda piel nocturna
sabes a selva,
sabes a mujer,
selva mujer.

#Poesía

lunes, 14 de mayo de 2018

Juego malvado


Llegó a la universidad el primer día de clases, como todo primíparo se sentó y no sabía con quién hablar, aunque era muy sociable; al rato, en la silla de al lado se sentó un compañero, empezó a hablar con él: mucho gusto me llamo Louis; era el primer conocido en la universidad, terminó la primer clase que básicamente fue para darse a conocer con el profesor; le preguntó al nuevo compañero qué si quería una cerveza, ese primer día de universidad terminó en un billar, tomando cerveza, hablando y fumando, porque él disfrutaba de su marlboro, al igual que del licor; trabaja en el sector de los seguros, tenía un buen cargo y buenos ingresos que le permitían darse ciertos lujos. Empezaron los días de universidad, cada día Louis conocía a más personas de su semestre, compartía con ellos no solo estudio sino que empezó a compartir rumba, licor, salidas los sábados; ya conocía a todas las amigas de su clase, era un tipo muy popular, de esos que todo mundo saluda, invita, se sientan al lado, hasta los profesores lo saludaban porque era también un tipo muy elegante, vestía de paño, zapatos siempre bien lustrados, corbatas italianas, bien peinado, gafas que le daban un toque de sofisticación y además sabía hablar muy bien aunque no era para nada intelectual. A medida que pasaron los días empezó a tener varias aventuras con compañeras de su semestre y de otros semestres, aunque él tenía su novia en otra universidad, ella vivía muy ocupada lo cual era perfecto para todos sus juegos de seducción. La primera aventura surgió un viernes cuando salieron de la universidad, en el bar de la esquina donde ya era cliente, se reunieron gran parte de los compañeros; una de sus estrategias era ser muy buen bailarín, le gustaba mucho la salsa clásica, así que aprovechaba esto, salía primero a bailar con las amigas para que las demás vieran que sabía bailar bien, después sacaba a bailar a la que le gustaba y empezaba a conversar, también le gustaba hablarles carreta; así que esa noche sacó a bailar a Paola, esa noche estaba divina: una minifalda azul, tacones, una camisa blanca, gafas y entre canción y canción, risas iban y venían, sin dudarlo un segundo la besó, ella, no fue para nada indiferente, de ahí la pasión los llevó al baño del bar, le desapuntó la blusa, le subió la minifalda, le bajó las medias veladas, la ropa interior y tuvieron sexo; ya llegada la madrugada se marchó del bar sin avisar, al mejor amigo en ese entonces le tocó acompañar a Paola hasta la casa, allí los padres de ella, disgustados por la hora de llegada la reprendieron delante del amigo.
Llegó la siguiente semana y Louis saludaba a Paola como si nada hubiera pasado, ella se convirtió en la mejor amiga del mejor amigo de él. Esto sería solo el comienzo del juego al que se verían sometidas las victimas del encanto de Louis. A los quince días hubo una fiesta en la casa de una de las compañeras de clase, por supuesto allá estaba él; mientras pasaba la noche disfrutaba de su whisky, bailaba, charlaba con todos, parecía iba a ser una noche sin novedad, lo que sería una noche sin sexo; llegadas las 5 de la mañana, ya varios bastante tomados, resultó hablando con Karla, quien era la dueña del apartamento; vio la oportunidad de que esa fiesta le diera lo que buscaba siempre, así que le sirvió un trago a Karla y le empezó a hablar: sé que poco hemos hablado, me llamo Louis, soy un hombre posmoderno, sonrió, le dijo ven bailamos y sin que ella respondiera la tomó de la mano, la llevó a bailar, porque sabía que era su fortaleza, en medio del baile él le contó que una vez había asistido a una obra de teatro que se llamaba "un hombre posmoderno en la ciudad", que le había gustado mucho y que le gustaba presentarse de esa forma, pero era para romper el hielo; siguieron conversando, Karla se dejó seducir por la forma en que le miraba a los labios, él se dio cuenta de eso, la besó, sin perder tiempo la llevó a la parte de atrás del apartamento y tuvo sexo con ella encima de la lavadora, ambos lo disfrutaron.
Llegó una nueva semana de universidad, después de pasar un domingo con su novia, tranquilo, porque era muy calculador, no se dejaba pillar en mentiras de su novia, continuó con su vida universitaria nocturna; era martes y tenía pereza de ir a clases, se encontró por casualidad con Patricia, ella era una de las más bonitas del semestre, la saludó de beso, siempre usaba exquisitos perfumes para que ellas lo disfrutaran al saludarlo, le dijo que estaba un poco estresado porque había sido un día pesado en la oficina, le preguntó que si deseaba un café antes de iniciar clases, ella dijo que si, fueron a la cafetería de la universidad, empezaron a conversar y dio la casualidad que Patricia también trabaja en el sector de seguros, aprovechó esto para decirle que ese día se le había caído un negocio con un cliente potencial y muy significativo, con lo cual Patricia le respondió que le entendía, mirando una oportunidad le dijo que si quería una cerveza o un trago; fueron al bar de la esquina, empezaron a tomar unos tragos, hablar de su sector empresarial, a bailar, ya un poco prendidos, ella lo invitó a su apartamento, allá se tomaron otros tragos; Patricia era una mujer muy hermosa, caderas sublimes, alta, un rostro hermoso, muy sensual y esa madrugada disfrutó de una de las mujeres más ricas que haya conocido, tuvieron sexo hasta que amaneció. Sin embargo, Patricia, no sería la mujer que le robaría toda la atención.
De nuevo otro viernes, llegó a clases un poco tomado ya que en la oficina estuvo bebiendo un rato, se hizo atrás, el profesor notó algo extraño, se sentó al lado mientras había una exposición, le preguntó al profesor que si deseaba un trago y este aceptó; fueron al bar de siempre, se tomaron unos tragos y mientras conversaban, se acercó la mujer más hermosa que haya visto, de estatura mediana, un rostro angelical, una sonrisa maravillosa, sensual, saludo al profesor, Louis, no desaprovechó y le invitó un trago, ella se sentó junto a ellos, conversaron por un buen rato hasta que se marchó. Pasaron unos cinco días, volvió a ver a la mujer de ese día con el profesor, se le acercó, la saludó: ¿me recuerdas? ella dijo que sí, le preguntó su nombre porque no lo sabía, ella contesto: Denisse, en ese momento supo que se perdería en ella; sabía que no podía demostrarle mucho, así que la trató con algo de indiferencia calculada hasta que un día se encontraron en el bar, bailaron y empezó a surgir cierta química entre los dos; todo iba bien hasta que llegó el novio de Denisse a recogerla, era un militar; se dijo: ella no me que queda grande. A la siguiente semana se encontraron por casualidad en la cafetería, se tomaron un café, conversaron, cada vez se acercaban más; Denisse le contó que tenía un bar en otro sitio de la ciudad, que si deseaba pasara con los compañeros de clase. Sin dudarlo fue al viernes siguiente con varios compañeros, el sitio era también de salsa, pasaron un buen rato, llegó el novio de Denisse, ella los presentó, Louis hizo gala de su facilidad para hablar y esa noche terminó tomando licor con Denisse y el novio de ella. Louis, se acercó cada día más a Denisse, ya era amigo del novio de ella, hasta que un día acompañó a Denisse a su casa y en la puerta la besó, no se dijeron nada. Al otro día se vieron a la salida de clases, empezó un romance como  no lo pensaría, se estaba enamorando de ella. Empezaron a rumbear seguido, sin que el novio de ella se diera cuenta. El novio de Denisse un día le contó que le tenía una sorpresa, le iba a regalar un viaje a San Andrés con la hermana, él no podría viajar porque en el ejército no podía faltar, así que Louis supo de la sorpresa, las fechas, todo; tres días antes del viaje, Denisse recibió la sorpresa del novio, empezaron con la hermana a preparar el viaje, la hermana de Denisse ya conocía a Louis y le caía muy bien. Esa noche Denisse le dijo a Louis del regalo, él actuó como si no supiera nada; Denisse le propuso que porque no se iba con ellas, él no lo pensó, al otro día hizo las reservas, planeó el viaje, pero por obvias razones debía viajar antes porque nadie se podría dar cuenta. Pidió permiso en el trabajo, ese fin de semana era puente, dijo que debía viajar con su padre a solucionar un problema legal con una herencia, el permiso le fue dado; a la novia le dijo que tenía un viaje del trabajo a la ciudad de Cali, para una rueda de negocios. Ya listo el plan solo era esperar el día del viaje. Ese día tomó el vuelo para San Andrés a las 6:00 am, Denisse y la hermana viajarían a las 9:00 am, se verían en el hotel; pasaban ya dos días de los más maravillosos que había podido vivir hasta ese momento en su vida, un romance inolvidable, el mar, las noches, la playa, era todo un ensueño, algo que lo estaba haciendo cambiar en el fondo, lo había llevado a reflexionar para dejar esa vida de mujeriego. Al tercer día, estaba en la playa, cruzó la avenida para comprar unas cervezas y de repente escuchó que alguien gritaba su nombre, volteó a mirar, desde la ventana de un auto estaba la que era su anterior jefe en el trabajo, la saludó con total normalidad, conversaron un rato, se despidieron normal; regresó con las cervezas y continuo con su viaje de película. Lo que nunca se imaginó era que en ese momento y con ese encuentro casual se daría inicio al comienzo de su fin. La que era su antigua jefe llamó la mañana del martes a la oficina de él, porque tenía muchos conocidos, les contó que se habían encontrado en San Andrés, el jefe actual se enteró y le tenía la carta de despido. Louis, viajó de regreso en la mañana del miércoles en un vuelo distinto.
Al llegar al otro día al trabajo, el jefe le dio la carta de despido, no le dieron la oportunidad de explicar los sucesos, él, lo tomó con normalidad, seria buscar de nuevo trabajo; a la novia de Louis se le hizo extraño que lo hubieran despedido si estaba en una rueda de negocios en Cali, así que llamó a una conocida que trabaja con él, esta le dijo que lo habían despedido por un viaje y unas mentiras que había dicho. La novia se dio cuenta de la mentira y empezó a atar cabos, se dio cuenta que le había mentido desde hace mucho tiempo ya, así que también terminó la relación con él. Empezaron a pasar los días, no encontraba empleo, era como si la suerte le hubiera cambiado, el dinero se le estaba acabando, ya no tenía con que ir a tomar licor, no pudo seguir estudiando, no volvió al bar de Denisse, ella se alejó de él, lo evitaba, quizás por ver la situación en que se encontraba, quizás porque no le había gustado la otra versión de él; esto lo destrozó y le dejó una herida profunda en el alma y corazón, lo poco que le quedaba de liquidación se lo consumió en licor, empezó a vender sus pertenencias, sus joyas, relojes finos, pero todo se lo bebía en licor, con un desamor profundo por Denisse. Una noche entró a un bar, pidió una cerveza, se dio cuenta que quien le atendió era un compañero del colegio, el que fue su mejor amigo para esas épocas, así que esa noche terminó tomando licor, el amigo era el dueño del bar; regresó un par de días después, se tomó un par de cervezas, era un viernes, había mucha gente y terminó ayudándole al amigo a atender a los clientes, el amigo le dijo que porque no trabajaba los fines de semana con él, así que era la única salida que le quedaba para obtener dinero en ese momento, de paso le ayudaría a tener la mente ocupada en las noches; un par de noches después ya atendía el bar solo, pero cada noche en ese bar era un tomento, veía a las personas bailar, tomar, reír, lo que él hacía antes de que acabara en la soledad, antes de perder todo el dinero, a los supuestos amigos, sus pertenencias, el amor, antes de perderlo casi todo, eso cada noche le quemaba en el pecho y le perturbaba la mente, lo estaba llevando a la desesperación y locura. Un par de noches después sucederían en una misma noche tres eventos que acabarían con su cordura. Un viernes en la noche mientras atendía, colocaba música, ya el bar medio lleno, por casualidad llegó la ex novia con un nuevo novio, la saludó, les llevó unas cervezas pero la ex se sintió incomoda y se marcharon rápido. Al rato al mismo bar llegó Paola con el que era su mejor amigo de universidad, eran novios, igual los saludó, les llevó lo que pidieron y siguió atendiendo como si nada. Se preguntaba ¿Qué sucede? ¿Por qué tenían que venir a acá? lo que nunca se imaginó era que por esa puerta del bar iba a entrar Denisse con su nuevo novio, eso lo desubicó por completo, no sabía qué hacer, se tomó un trago y fue y los saludó; se tomaron un par de cervezas, él miraba como Denisse se veía tan feliz al lado de su nuevo novio, eso le destruyó por completo el corazón, la mente, la cordura y el alma. Después de él ser quien había vivido desde el otro lado de la barrera, ahora le tocaba ver a las demás personas felices. Esa noche cerró el bar pero se quedó adentro, se puso a escuchar música, a tomar licor, estaba perdido, loco, la vida para él ya no tenía sentido después de esa noche, se había tomado ya dos botellas de whisky, no paraba de llorar, escuchando la canción que siempre le había gustado, la que lo acompañó en muchas etapas de su vida; de un momento a otro sintió en el pecho un ahogo, una asfixia, un impulso, tomó una servilleta, escribió una nota, la dejó encima de la barra, colocó de nuevo su canción, le subió al volumen, sacó del baño una cuerda y decidió acabar con su vida: se ahorcó en el bar en donde había visto por última vez a Denisse, mientras sonaba "el día que nací yo" de la orquesta La Conspiración.
Al otro día el celador vio el cuerpo de Louis colgar al interior del bar, llamó a la policía, y fue encontrada la servilleta encima de la barra que decía: No me perdono, no me perdonen.


#Cuentos #Relatos 

sábado, 12 de mayo de 2018

Demonios

Dragones internos con fuego ácido,
sangre que corroe la mente,
miedos que asesinan los nervios,
llanto que ahoga el existir.

No necesito compasión,
no necesito  poco licor,
solo necesito empuñar la espada,
solo necesito batallar con mi ángel y demonio.

Mensajes desde la oscuridad invitando a la penumbra,
pensamientos que no logran llegar,
angustia neurótica,
desesperación confusa.

Ser encantador de demonios,
solo eso me propongo,
no importan cuantos,
no importan si son oscuros o alados.

Así me visiten cada segundo,
así dancen con mi locura,
confusión de sentimientos hacia una ruta sin destino.

La distancia como puñal,
el recuerdo como puñalada,
tu mirada como cicatriz,
mi viaje como renacer.

Seré guerrero perdido en  el tiempo,
el reloj derritiéndose se prepara,
que se preparen mis demonios,
Y los tuyos…

No hay futuro,
la batalla es ya,
el lugar es lo de menos,
quizás en la nada…

Quizás en la mente,
quizás en el corazón,
quizás en las entrañas,
quizás en tus ojos…

Demonios……. Amémonos !!

#Poesía #ÁcidoNeurótico 

viernes, 11 de mayo de 2018

En mi oscuridad

En mi oscuridad esta tu recuerdo
como tormenta que sacude las respuestas,
como viento que penetra hasta los huesos
y la mente agotada del insomnio,
como daga que arde en los labios y manos,
como tinta en la piel sin dibujar
que tiñe en el alma esa melodía taciturna que se olvida del cansancio,
que inyecta palpitar, miedo y vida…
mientras palpitan las palabras
más que las dudas,
palabras con afán que viajan rápido
para no quedarse sin tiempo,
para no perder la locura
en la espera de la nada,
palabras no para preguntar
sino para traerte convertida en momento
y no en tiempo.

#Poesía

jueves, 10 de mayo de 2018

Ausente

Se abre la superficie,
a ese oscuro vacío sumerjo,
amigos, desconocidos,
no salgo;
aferrándome al viento,
por esa belleza desespero,
noche, media noche,
no duermo,
desapercibido entre acordes humanos,
no conocido por tantos ojos afines,
lugares de muchos y de pocos,
apenas un lugar mío,
¿Cuál?
ese oscuro azar,
pasos, asfixia,
beso de otros,
inexistencia de todos;
de mí, círculos de hielo me atan,
afuera,
esta ausencia no saludan.

#Poesía

Punto final

Entre letra y letra
se abren caminos, abismos,
formas misteriosas separan la coma
y el punto final.
Lunes: almuerzo, trabajo (coma)
Martes: cine, cigarrillo (coma)
Miércoles: música, filosofía (coma)
Jueves: concierto, poesía, música (coma)
Viernes: más música, licor, soñar (coma)
Sábado: deporte, recuerdo (coma)
Domingo: Solo Andrea (punto final)

#Poesía

Contigo en la distancia

A Adriana

A media noche tu esencia alienta el sueño,
dragones, fuego, paisajes y batallas,
tu reino, tus mundos, tus campos verdes,
todo en la trasparencia de tus ojos cerrados,
en la clara luz de tu piel,
en el mágico mundo de tu cabello
y de tus manos esperando el beso que lleva el suspiro.

Divides el hoy,
lo dejas sin ayer y sin mañana,
ahora es el universo,
ese puerto que se vislumbra desde lo lejos,
el faro que guía desde la distancia más oscura,
la luz que ilumina cual relámpago.

Robas el tiempo y el destiempo,
haces tuyos el camino,
los suspiros y los anhelos,
las palabras más hermosas,
los detalles,
pero sobre todo las ansias
de llegar a ti.

Ínsitas a la locura,
a tomarte de la mano,
ínsitas a llenarte de vida, de mar,
de viento, de sol,
de lluvia, de nubes,
de atardeceres y madrugadas cálidas,
de vino,
de auroras boreales.

Alientas al sol a besar tu mejilla,
el café desea ser tu primer beso,
el aire tu primer abrazo,
el camino a sentir tus pasos,
a la vida a sentir tu alma,
a mí a llegar sin trampas,
sin destiempo.

No me resigno a quedar al margen de tu distancia,
no me acepto ausente de algún momento en tu día,
plasmo esta agonía en hoja en blanco,
quizás buscando alterar el tiempo, el hoy, el todo,
quizás tratando de ser en ti más que un mensaje,
mucho más que unas letras,
mucho más que un suspiro.

Alzo mi voz en el silencio de mi esquina,
miro a las estrellas, al infinito universo,
tomo de la mano mi café,
cierro mis ojos y suspiro,
para dejarte en el aire
los ecos de mi sentir,
para que lleguen a ti,
para que sean refugio cuando los necesites,
para que sean un minuto,
pero el minuto más cercano a tu alma,
para que sientas mi mano
y la lleves a donde más la sientas,
y desde aquí,
desde este silencio,
hay alguien que está a tu lado,
y cuando alguien diga tu nombre,
los ángeles extiendas las alas en tu porvenir.


#Poesía

martes, 8 de mayo de 2018

El Perro Negro

Capítulo I

Todo comienza en un domingo que parecía iba a ser un día normal. Me levanté más temprano de lo cotidiano porque ese día saldría al campo. Me preparé el café, tomé una ducha de agua fría y me vestí de negro, mi color preferido. En el vecindario había ese día un silencio y una calma excepcional, parecía un primero de enero. Caminé rumbo al sitio en donde tomaría el transporte que me llevaría al encuentro con unos compañeros. Al llegar al autobús, me subí pero sentí algo extraño en ese momento, sentí que alguien o algo estaba detrás de mí, miré hacia atrás, me pareció ver el reflejo de un perro negro que pasó muy rápido, pero no presté mucha atención al suceso. Coloqué mi música y me interné en mi viaje sonoro mientras el autobús llegaba a su destino. En el viaje, hubo un accidente al lado del camino, un auto negro se había estrellado contra un árbol, aunque no se veían personas heridas, se notó había sido muy fuerte el accidente, de repente me pareció ver que se alejaba de ese auto un perro negro pero el autobús donde iba marchó rápido y no pude ver con detenimiento.
Al llegar, ya todos los que nos reuniríamos, tomamos el camino que nos conduciría a una laguna donde íbamos a pescar un rato, a hacer una fogata, preparar el almuerzo y una tarde de licor e historias. Nos dimos a la tarea de delegar funciones para que el tiempo nos rindiera. Me dispuse entonces a internarme en el bosque para recolectar pedazos de troncos para la fogata. Caminé entre los árboles, que cada vez estaban más grandes, hasta no encontrar camino alguno. Empecé a echar los pedazos de palos que iba encontrado en una bolsa que llevaba hasta que reuní los suficientes, al devolverme, noté, que no había camino ni huellas que me indicaran como devolverme, así que intenté caminar en línea recta por donde sentí que había iniciado mi camino. Caminé y caminé pero no llegaba al sitio de donde había salido, grité a ver si alguien me escuchaba, no escuché ninguna respuesta, así que seguí caminando pero de un momento a otro regresé al punto de partida. Tomé entonces una dirección distinta para ver si salía de ese bosque, caminé pero tampoco encontré la salida; calculo que transcurrieron unas dos horas, no lo supe con exactitud porque no usaba reloj. No podía ver el lugar donde estaría el sol en el cielo en ese momento porque el bosque era muy espeso y no se veía, pero regresé al mismo punto de donde intentaba salir, era como si hubiera estado caminando en círculos que me regresaban siempre al mismo punto de partida. Ya estaba con un poco de ansiedad y el desespero se estaba apoderando de mi mente. Decidí hacer otro intento, tomé una dirección diferente. De repente, a unos cinco metros encontré un claro en el bosque, vi el camino, al fondo la laguna, vi el sitio donde estaban los compañeros, así que respiré, caminé y al llegar me preguntaron que qué me había pasado. Les conté lo sucedido, me dijeron que me habían estado gritando, pero yo no había escuchado nada, así que tomé el acontecimiento como algo fortuito de desorientación y continuamos el día de campo. En ese momento me dió por mirar hacia el bosque de donde había regresado, me pareció ver entre unos árboles unos ojos claros, como grises, como de un perro, pero no veía el color de ese perro, era un poco retirado y no pude ver con más detenimiento. Le pregunté a un compañero que si veía algo pero me dijo que no.
Estuvo listo el almuerzo, después de apagar el fuego, destapamos una botella de vino. Empezamos a brindar, a contar historias, anécdotas, reír, otra botella de vino salió y de repente escuché desde el bosque el aullido de un perro. Miré hacia el bosque pero no vi nada, miré a mí alrededor pero ningún compañero había volteado a mirar, sentí como si solo yo hubiera sido el único que había escuchado ese aullido.
Ya entrada la tarde empezamos a levantar todas las cosas, a guardarlas para dejar el sitio limpio, teníamos ya bastante vino en nuestro cuerpo y poco a poco fuimos saliendo hacia el lugar donde nos recogería el autobús. Nos quedamos al final con un compañero, empezamos a caminar y a seguir contándonos historias. De repente, sin darnos cuenta, estábamos caminando por otro camino diferente, nos tomamos otro trago de vino, seguimos caminando pero sentíamos que cada vez nos alejábamos más. Empezaba ya a oscurecer, de repente llegamos a un punto en donde se acababa el camino. Había hacia un lado como un acantilado que llevaba a un río;  hacia el otro lado como una montaña pequeña. En ese momento, sin saber a dónde dirigirnos, se nos apareció un perro negro de frente, nos asustamos bastante pero a los dos segundos a nuestras espaldas alguien nos habló y nos dijo: ¿están perdidos? Volteamos a mirar, era un campesino vestido de blanco, con ojos grises, le indicamos que sí, estábamos perdidos y no sabíamos qué camino tomar. El campesino nos indicó el camino, nos dijo que era fácil llegar al sitio donde nos recogería el autobús. Lo extraño fue, qué ese perro negro ya no estaba. Caminamos según las indicaciones del campesino, llegamos al lugar, tomamos el autobús.
Camino de regreso, con el compañero que nos habíamos perdido, hablábamos que nadie nos iba a creer que se nos había aparecido un perro negro en esas extrañas circunstancias y que al mismo tiempo alguien nos había indicado el camino correcto de regreso. Seguimos tomando vino en el autobús, dejamos a un lado ese suceso.
Llegamos a la ciudad, cada uno tomó su rumbo. Recordé que tenía un compromiso con la señorita que me acompañaba en esos días, pero ya llevaba dos horas de retraso, sin embargo, fui a buscarla al sitio donde habíamos quedado de reunirnos, por supuesto ya no estaba y aun así, con mis tragos en la cabeza, la busqué en medio de las luces de neón de los sitios de todo el sector. La buscaba como cuando se busca al amor de la vida, pero no la encontré en ningún sitio. Ya con bastante licor en la sangre y mente, decidí ir a buscarla a la casa donde ella vivía. Llegué, salió la hermana, me dijo que ella ya estaba dormida, que había estado llorando mucho. Me fui, deambulé por las calles con el corazón en las manos por el dolor causado, ya era media noche y llovía por esas calles. Entré a un lugar oscuro, me tomé otros tragos de licor pero en ese momento en mi mente estaba el dolor del corazón. A la mente llegó la imagen del perro negro e inmediatamente sentí de nuevo el aullido, así que salí a buscar ese aullido pero de nuevo no veía ningún perro. Caminé rumbo a mí casa, ya con mucho licor en la cabeza. Sentí una compañía, pero miraba atrás y no veía a nadie, de repente escuché una voz que me dijo: ¿Sabes quién soy? En ese momento no supe si era el licor o que era, pero respondí que no sabía. La misma voz me dijo que me había estado buscando todo el día, era la muerte, me tenía un trato; sentí que desapareció el efecto del licor, pregunté cuál era el trato, la voz respondió: en unos minutos va a pasar un auto a mucha velocidad, te atropellara, vas a morir porque estas borracho, no lo vas a escuchar pero te dejaré vivir si me das tu alma y en adelante servirás a mí.
En ese momento sentí toda mi vida devolverse en un minuto, recordé cada uno de los sufrimientos y alegrías, el dolor de los desamores pero también recordé lo grande del amor, las lágrimas, las heridas, las cicatrices, el cielo, los besos, todo lo recordé en un minuto. Recordé mi primer amor, el más tierno, también el que más me hizo sufrir, pero no sentí miedo. Le dije a la muerte que necesitaba ver con quien estaba hablando. Se me apareció un perro negro con los ojos color gris, pero al mismo tiempo, los más oscuros que nunca haya visto en mi vida y en medio de esa lluvia le dije que no había trato, que mí destino no era el miedo.
El perro desapareció, en ese preciso momento sentí un golpe, sentí volar, sentí que caí en un charco, se nubló mi vista y mente, solo veía oscuridad, no escuchaba nada. Sentí que caí en un abismo dando vueltas, no había fin. De repente vi una pequeña luz, muy pequeña, en medio de tanta oscuridad. Escuchaba mi nombre muy lejos. Sentí que regresé poco a poco. Desperté en una cama que no era la mía, en unas luces blancas desconocidas, alguien dijo: despertó. Cuando recuperé la noción del tiempo, pregunté que me había pasado y cuánto llevaba ahí; me dijeron que me había atropellado un auto, el conductor había alcanzado a esquivarme un poco, me golpeó con la parte de atrás y eso no me ocasionó la muerte inmediata. Me contaron que llevaba 6 días así. Desperté un 6 de mayo a las 6 de la tarde. Dijeron que el día del accidente el conductor vio una luz que salió, como de unos ojos grises, como un perro, pero la luz de los ojos no lo dejó ver el color del perro que estaba a mi lado y que eso lo hizo intentar esquivarme.
Desde ese día, siento que camino con un perro negro a mí espalda, que me aúlla, me acecha, que quiere mi alma, mi muerte, me lleva al abismo a cada segundo, cada noche, cada madrugada de insomnio, que me quiere llevar a una locura desesperante, desea asfixiarme, cansarme de la vida y así tenga noches surreales al lado de sus ojos oscuros, siempre despierto y sé no le tengo miedo, nunca le tuve miedo.

Desde ese día el perro negro y yo, nos jugamos la vida, a cara o cruz.




Ilustración: Edwin Giraldo
Escrito: Alexander Moreno 

#Cuentos
#ÁcidoNeurótico

El Perro Negro - Capítulo II http://alexmorenog.blogspot.com/2019/05/el-perro-negro.html 

lunes, 7 de mayo de 2018

Tu suspiro

Paseaba postrándose de vez en cuando
en mi cama trémula de inquietud,
me acompañaba a la ducha
y me preguntaba con cada gota
¿Se encuentra ella tan cerca o tan lejos?
Más sentí ahogo, un sudor intimo
se apoderaba de mis más íntimos pálpitos;
todo el día me perseguía con azafranes
y algunos aromas que quizás trataban de
insinuarme el camino angosto
que se abre entre la neblina,
entre la tormenta;
y ese camino me inducia sonidos tan claros
y confusos a la vez,
que terminaba por no comprender
la mirada de esa cuerda sombría;
pero ella se encargaba de devolverme
hasta mi cama de nuevo.
Sucedió varias noches oscuras,
varias mañanas opacas y
siempre buscando aquel carruaje
que abordar y que me transportara
al olimpo amado de mi satisfacción personal;
pero en esa espera
en mi pecho palpitaban y golpeaban
abruptos ecos de intolerancia
y de desprecio,
una y otra vez
¿hasta cuándo guardarán mis adentros
esa melodía inconclusa que me transporta y me derriba
al lado de la vida humana?
De repente percibí de la lejanía,
de la nube azul,
un suspiro que me impulso a arriesgarme,
a perderlo todo
y a comenzar a ganar lo inganable:
tu suspiro.

#Poesía 

Suspiros por encomienda

Quizás un aire nocturno y frío
penetraba piel adentro
hasta postrarme en mi lecho solitario.
En mi recuerdo solo aparecía la imagen dorada
y enigmática de ella,
pausadamente provocaba en mi
momentos de ansiedad incomprensibles,
momentos de incontrolable mar de leva.
Etéreamente tu mirada inesperada
me transportaba a la fuente
blanca del olimpo
y tan solo el roce de tus dedos,
de tu mejilla,
me impregnaba de enigmas crepusculares.
Y tus labios aparecen
alumbrando mi pluma
auscultando estrellas,
encendiendo mi llama interna;
¡Oh noche!
Si transportaras suspiros por encomienda
ya habría empezado a recorrer
sus poros, sus sueños,
por entrega inmediata.

#Poesía 

sábado, 5 de mayo de 2018

El alebrije de los sueños


A mi hijo Eddie
                                                                                                                                                                  

Hace algún tiempo, en las calles de una ciudad de cielos azules y vientos frescos, se encontraba un niño jugando con su padre en un prado verde lleno de árboles, tréboles, aves y hojas en el suelo, que sonaban al caminar entre ellas. De pronto, en aquel campo verde mientras el niño jugaba, corría, daba vueltas y saltaba, llegó a la sombra de un árbol, el más grande que se encontraba en aquel sitio y se sentó un rato a descansar y a tomar agua. En aquel momento de descanso, el niño, se durmió en los brazos de su padre, a la sombra de aquel árbol, árbol que le brindó mucho más que su sombra para que aquel soñar fuera diferente.
Mientras soñaba, el árbol dejo caer sobre él unas hojas que le dieron abrigo y en aquel sueño, el niño sintió que era el rayo del sol que le cubría, unas alas que le abrazaban, era el abrazo del árbol, el abrazo de un amigo de 500 años, que le protegía mientras conectaba esa alma juguetona, limpia e inocente con el universo. En aquel sueño el niño caminaba por grandes praderas llenas de caminos que llevaban a muchos lados, caminaba con dirección a las montañas, porque su padre le había contado que allá en las montañas estaba un manantial lleno de peces multicolores, aves no vistas, arcoíris, y allá se podía ver el color de los sueños. En aquel sueño, al llegar el niño a ese  manantial, había un ave enorme multicolor, le saludo por su nombre  y lo guió mostrándole de que estaban hechos los sueños. El niño no dejaba de observar maravillado cada uno de todos los colores que conocía y aquellos que nunca había visto, miraba que los sueños tenían mucho chocolate, observaba peces de todos los tamaños, aves de cada rincón de la tierra en un solo lugar, de todas las formas y colores, todas cantando al mismo tiempo canciones hermosas que salían de sus picos. El ave enorme multicolor llevó al niño al lugar donde nacen los arcoíris, le enseñó como salían, lo lanzó por uno cual columpio del parque, el niño sintió estar en un inmenso algodón de azúcar. Lo llevó también a ver la estrellas fugaces que se formaban en el cielo de aquel sueño, que salían de una bomba de jabón y corrían por el cielo, y él no dejaba de ver todo con asombro, como quien ve el juguete de su vida por primer vez, como quien tiene su primer balón o su primer dulce, como quien está encima de un dragón dorado, volando encima de gelatina. El niño miraba al cielo y gritaba sorprendido, con el rostro encendido y el corazón que se le salía. Y en ese sueño aquella ave multicolor le dijo al niño que jamás se olvidaría de él y lo acompañaría en todos sus caminos, en sus fantasías, en sus sueños, en su corazón, en sus juegos y alegrías.
El niño despertó de aquel sueño con una sonrisa en el rostro, cual ángel jugando en las nubes, y salió a correr por aquel prado, y miraba las montañas, el cielo, las aves. En ese preciso momento salió un arco iris y el niño sabía que había estado allá, en ese arcoíris.
Al llegar a casa y después de contarle el sueño a su padre, mientras caminaban de la mano, el niño se puso a jugar, como era costumbre todas las tardes, en la casa llena de juguetes, donde era héroe, carro, muñecos y mil batallas, en donde todas las tardes la ventana quedaba abierta para que el aire corriera por esa habitación. Aquella tarde, llegó a esa ventana un pajarito lleno de color verde, azul, amarillo, rojo y pequeño, el niño sintió que lo miraba como si se conocieran de toda la vida, se acercó y el pajarito se postró sobre su mano pequeña y frotó su pico en sus dedos pequeñitos. Desde esa tarde, el pajarito, siempre llega en las tardes a acompañarlo en sus juegos de dragones, de luchas épicas, en toda la fantasía que había en esa mente inmensa y cada noche que el niño se acostaba se despedía de su pajarito, que sin duda llegaría al otro día. Desde esa noche en los sueños del niño, lo acompaña un ave enorme multicolor que lo defiende de los miedos, las arañas, las serpientes, los fantasmas y todo lo malo que acecha en los sueños, desde esa noche, el alebrije de los sueños, cuida de noche al niño y cada tarde lo acompaña en sus juegos, como quien tiene el más grande amigo, que sin hablar está ahí, de la mano, en la inocencia, en todo, porque desde aquella noche jamás estuvo sin compañía, porque esa misma noche, su padre, cerró los ojos, tomó al niño de las manos y le dijo: hijo mío, no estarás solo en las noches frías, en las noches oscuras, cuando lleguen los miedos, las pesadillas y monstruos, porque seré tu mano así ya no esté, porque este amor es el alebrije de tus sueños, que te acompañara en tus tardes y ensueños, porque hoy soy tu amigo, sombra, protector y compañero de juego, soy tu ave multicolor, tu camino, tu risa, tu hoy, tu siempre, tu juego preferido.

Desde esa noche, el alebrije de los sueños los acompaña a los dos, al niño en todos sus sueños y juegos, y al padre, en sus hojas en blanco.

#Cuentos #Relatos #Microcuentos 

miércoles, 2 de mayo de 2018

Mi tren al sur

Mi tren al sur parte,
sin compañía y sin maletas,
un viaje a la desesperación del humo,
de los paisajes grises,
de las no despedidas,
de las no esperas,
un viaje al sur por las montañas nubladas,
por los ríos secos,
por el insomnio.
Quizás nunca fui héroe,
cuento o leyenda,
no fui historia, vida,
y este tren al sur también va a la oscuridad,
al olvido de mil batallas.
Héroe con ojos apagados,
maldiciones, castigos, sueños de nadie,
solo un tren al sur
sin destino.