Querer sentir algo
diferente,
darlo todo para
terminar igual,
desgarrarse las
manos y la voluntad,
terminar cansados
hasta los huesos.
Así se van días y
noches,
a veces ni el tinto
oportuno calma,
a veces ni la tarde
llena las horas,
y la mente no sabe dónde
escuchar,
el beso muy lejos, casi inexistente,
el abrazo solo en
hojas en blanco,
las manos frotan la
frente y el hoy,
los ojos cerrados
invocan al universo,
y la distancia
incluso es abismo en llamas.
No pregunto, no me
auto-respondo,
no engaño,
el tiempo es leal al segundo próximo,
solo el tiempo,
punzante,
contundente…
No respiro, solo
espero la noche,
la más sincera
locura para ir entre sueños,
quizás allá si
llegue a ti.