martes, 26 de abril de 2022

Silencio de 3:17 am.

Ya no sé
del lugar,
tiempo, ni memoria,
devenir
diluye mis manos
entre venas
de olvido.
 
Arrastro
melodías
inconclusas por madrugadas
sin destino,
en el techo,
cuervos ciegos arrancan
últimos suspiros de vida,
allá, entre páginas lúgubres,
dama oscura
abraza minutos derretidos
en mi muñeca estéril.
 
Portal innombrable
succiona mis tripas
hasta la desesperación
de lo que no se ve,
abajo,
quema la desidia
de superficialidades;
un ahora
se perdió
en vitrinas,
espejismos y deseos
carmesí de sudor.


No tengo
más sitios
a dónde huir,
soy movimiento,
caos,
dejo pasos entre espesa
estepa,
continuo al centro
del laberinto,
no esquivo lo definitivo,
tiempo incesante,
no se detiene,
en huesos se difuminan
relojes dejando atrás
todo rastro de ilusiones.
Entre la nada,
cicatrices sostienen
un ya derritiéndose en quimeras de eternidad.
 
Muerte a dos
segundos
de mi ceño fruncido,
en las esquinas
de mi garganta
grito se ahoga sin clemencia,
quizás la locura
sea infierno o escalera
al púrpura suspiro,
frío,
ruido,
agobio,
me sumerjo
en huecos dentro
de mi cráneo,
alguien
escribe mi nombre
entre tierra lejana,
desmemorias,
barco sin puerto
y una marejada
hambrienta
hace fiebre en mis ojos…
 
no temo,
llega ya…
 
toma mi mano,
vamos al cielo o al infierno,
no es hora de cobardías,
negro llanto sin hogar,
diluida, la nada,
me bautiza en cementerios
aún sin mi cadáver.
 
Quizás
despierte
entre las ruinas de mis costillas
y la sed de mi boca sin idiomas oportunos…
 
silencio de
3:17 am. 

#Poesía


Ilustración: Edwin Giraldo
Texto y voz: Alexander Moreno

No hay comentarios.:

Publicar un comentario