penetraba piel
adentro
hasta postrarme en
mi lecho solitario.
En mi recuerdo solo
aparecía la imagen dorada
y enigmática de ella,
pausadamente
provocaba en mi
momentos de
ansiedad incomprensibles,
momentos de
incontrolable mar de leva.
Etéreamente tu
mirada inesperada
me transportaba a
la fuente
blanca del olimpo
y tan solo el roce
de tus dedos,
de tu mejilla,
me impregnaba de
enigmas crepusculares.
Y tus labios
aparecen
alumbrando mi pluma
auscultando
estrellas,
encendiendo mi
llama interna;
¡Oh noche!
Si transportaras
suspiros por encomienda
ya habría empezado
a recorrer
sus poros, sus
sueños,
por entrega
inmediata.
#Poesía
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