en el más profundo silencio de la noche,
en donde todos los tiempos confluyen,
en donde te rasgan la piel y la mente,
buscando, escrutando cada rincón del yo
más oscuro.
Perturba ese portal llamado madrugada
en donde ya no le pregunto a la vida;
me tomo un café a las 3am
mientras intento sentir con la música
oportuna
en mi esquina preferida de la
habitación,
donde un libro me extiende sus hojas
y donde a veces una hoja en blanco me
invita a soñar e irme...
quizás era necesario perderlo casi todo
para saber el valor de lo real,
que el amor no es lo que quieres
sino lo que estés dispuesto a dejar en
la vida
porque en la muerte de nada servirá,
quizás era lo que tenía que suceder,
a eso me lleva la madrugada…
¿A quién no le gustan los enigmas de la
madrugada?
Perturban los laberintos que esconden la
locura de cuerpos y almas indescifrables,
que buscan y esperan encontrarse.
Y mientras duermo,
allá en ese otro mundo de los sueños,
las moscas deambulan en la oscuridad,
son indicios de un pasado negro,
de vestigios,
el sueño se derrite,
la sangre emerge
y el tiempo solo es una figura de mujer,
que tiene en su piel, mente, piernas y
cintura
las llaves del no-despertar,
la locura toda en ese laberinto sin
formas…
dancemos antes de despertar.
Perturba el despertar que te deja la
mente cansada,
te deja el cuerpo asfixiado,
perturba el recuerdo de la noche,
perturba no descifrar esa figura de
mujer en ese surrealismo,
perturba el día que sabe será noche
y en esa noche busca esa figura de
mujer.
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