lunes, 12 de marzo de 2018

Gloria

Me visitan fantasmas, demonios, oscuridad
y una que otra maldición,
todos al tiempo preguntando por mi
en el fondo del abismo,
sin tregua y sin tiempo,
sin licor y sin salida.
Aun así no huyo de esos laberintos,
ni intento ser víctima del destiempo,
tan solo me abrazo y cierro los ojos,
me tomo un café como si fuera el último,
busco letras en medio del caos,
me aparto, me desfiguro para buscar la forma,
la esencia o una luz,
cambio de nombre, de noche y de país,
soy de este submundo y del surrealismo,
camino en las sombras y en el fuego,
me trasformo en sueño y en insomnio,
en madrugada y en aire,
en desdicha y en universo,
buscando en cada rincón,
en cada señal,
en cada pedazo de libro
que me insinúa la luz de mi lámpara nocturna,
buscando en cada nota de mi música…
y llegan de una distancia conocida
tus palabras,
y son oasis en medio de la sequía,
son la mano amiga que estremece el alma,
el abrazo fuerte que recompone el ser,
el saludo que anima la mañana y el camino,
y es cuando se siente
que la belleza existe,
que el universo a veces es alcanzable,
y es cuando de nuevo las palabras
quieren volver a ser forma,
el papel de nuevo ser viaje
y la música hace subir el volumen de nuevo,
son tus palabras el camino verde
que de niño caminaba,
son tus palabras ese bosque
en donde no le temía a los lobos…
miro a las estrellas en esta noche de marzo,
vibro con la inmensidad,
y allá, en ese cielo,
digo tu nombre,
y le digo a las estrellas
que guíen tu caminar, tus pasos,
que son universo, oasis, noche y luz,
y le digo al universo,
que seas estrella,
noche y playa, pasos y vida,
hoy, mañana y eternidad,
que seas siempre Gloria.

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