Intento ver lo que
nadie ve,
la esencia,
sentir lo que
quizás nadie siente,
las paradojas del
tiempo…
y viajo, viaje…
y desde esa
madrugada
viaje en mi sentir
a ella,
rete a la
distancia,
a lo normal,
solo sentí en mi
mente el deseo de ir…
la visite cuando
dormía,
le acaricié el
cabello, le di un beso en la frente con mi alma,
vi su figura de ángel,
con mis anhelos le
bese los labios,
y desde aquella
madrugada
siento que no
regrese,
que allá quedo una
parte de mis sueños,
un anhelo hecho
piel,
un momento hecho
belleza,
un universo hecho
nombre y presencia de mujer.
Hoy suelo visitarla
como la primera vez,
desde mi distancia,
sin que ella lo
sepa o quizás si,
desde mi rincón del
alma,
de ese rincón que
ahora es de solo ella,
y quizás este
suspiro se convierta en un café,
y ese café en su
compañía,
y quizás su
compañía sienta la mía,
sin máscaras,
y porque no,
un suspiro se haga
café.
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