martes, 21 de noviembre de 2017

Hoy


Hoy me desahogo en mí,
en mi oscuridad y mi melodía,
traigo conmigo muchos años,
tiempos, derrotas, fracasos y victorias,
hoy el tiempo se detiene
como la lluvia para quitarle el color a la mañana
y quedar en sombra;
no hay rebeldía ni libertad,
hay un grito en el alma que va y viene,
un grito que ahoga,
una daga en la cabeza
que estremece hasta el ayer.
Hoy me preparo para no contar con el mañana...
solo respiro aquellos caminos que me llenaron de dudas,
de aciertos, de valentía y de cobardía...
esos caminos que se abrieron y cerraron muchas veces.
Hoy intento escribir desde aquel pupitre
de donde besé la mano de quien jamás volví a ver,
intento caminar por aquella vía del tren
por donde fui con aquel amigo que jamás volví a ver,
intento saludar a aquel amor de la vida
que jamás volví a ver... así,
como muchas cosas que no volví a ver, ni a sentir.
¿dónde quedaron todos esos momentos que eran hoy?
¿dónde están esos segundos que fueron días enteros de ensoñación?
La música cambió,
esa melodía no volvió a escucharse
y tan solo cambié de frecuencia...

Hoy me desahogo en mí,
con esa canción que solo yo conozco
aunque muchos escuchen,
quizás esta oscuridad me esté preparando
para ir más adentro del universo
o para algún agujero negro sin regreso... quizás.
Hoy,
y en esta noche desahogo mi tristeza,
el palpitar lento de muchos insomnios
que más que ojeras, causan agonías de tiempo,
esta noche que me duele en el costado derecho
y que me hace estremecer,
esta noche que más que resignación es desesperación, lenta...
¿dónde están esas manos que calentaban la piel?
¿dónde está ese whisky oportuno que cura todo?
Me refugio entre tanto en esta oscuridad
buscando el inicio,
me regreso a lo más profundo
buscando ese instante,
el estallido o el más grande silencio.
Me alejo de ese mundo de frivolidad, superficialidad y estereotipos,
me pierdo de tantas máscaras y espejismos,
me sumerjo en mis noches surrealistas, laberintos, mi laberinto...
y ya en este laberinto no es hora de más recuerdos,
el tiempo siempre va, pero no viene,
y en mi laberinto no soy tiempo,
no soy carretera, no soy lugar...
Soy señal ¿de quién? ¿para quién? ....
solo mi laberinto lleva a lo más profundo,
a esa oscuridad llena de luz,
al alma.

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