todas las olas
y tormentas de una derrota,
y
estúpidamente despertamos cansados de respirar
¿y ahora qué?
Sentir su
presencia en mi espacio,
mi aire, y
saber que respira tan cerca de mí,
tan tiernamente
cerca,
basta solo
cerrar los ojos y su perfume
me impregna de
su inmarcesible belleza.
Tras la noche
de penumbras
ella, quizás
piense en mí,
quizás,
mas yo solo
espero que
me regale un
sueño,
un sueño o tan
simplemente
un parpadeo,
o una sonrisa
nocturna.
Duermes y duermes,
por tu cabeza laberintos
de humo
persiguen tu
calma,
y despiertas
con los ojos negros por tus pesadillas,
insomnio,
absurdo día de
nuevo.
La partida de
hoy, simple:
proteger el
juego con un peón,
y tú eres el peón
¿suerte?
Mañana no
existe,
no futuro,
no sentir
después,
no, no… sí.
Muerte: ¿ya?
#Poesía
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