domingo, 3 de diciembre de 2017

La Soledad

La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.
Juan Gelman


Una de las noches más largas,
a lo lejos oscuridad y neblina,
sin puerto y en tormenta,
sin destino y en viaje.

Muchos demonios, un ángel caído en el hielo,
el cielo con una melodía lejana
y en la mente el infierno queriendo ganar.
El demonio dominaba
y la lucha perdida,
mares de dudas y granizo,
gotas del cielo que quemaban la piel,
algunos rostros conocidos solo señalando,
escaleras hacia abajo y sin señales,
lo que antes era luz ahora era ceguera.
El juego de la vida ganando,
el mayor silencio retumbaba en el alma,
ahogaba y llenaba de cicatrices,
el silencio de una despedida sin manos, ni abrazos,
la despedida del dolor,
la despedida del hoy, la que apuñala el costado más fuerte.

Los cuervos fueron míos,
la tinta diluida en gotas de sal también,
las hojas en blanco estaban manchadas de otro tiempo,
solo pedazos de segundos en negro.
Ningún Dios llegó,
solo sombras que llevaron a cuatro paredes,
solo sombras sin glorias, ni señales.
Los perros fieles de la oscuridad,
las musas del insomnio,
el licor del fuego,
el otro lado del silencio,
la puta locura,
la soledad. 

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