lunes, 13 de noviembre de 2017

Mi Rayuela

Navego a muerte por corrientes oscuras,
llenas de soledades hermosas que
me transportan instantáneamente a aquel
desierto inmenso de calles sonámbulas,
de putrefactas sensaciones de discordia.
Y camino, navego, vuelo,
regresando siempre a mi puerto nocturno,
a mi soledad amada.

Navego a muerte desafiando
todos los miedos de mis fantasmas existenciales,
acompañándolos al sepulcro de los segundos insatisfechos,
bordeando camas vacías y estrechas,
esperando una luz, una pequeña luz,
que instantáneamente apareció y
volvió a perderse en la inmensidad del mar
de donde me perdí, me pierdo.

Navego a muerte buscando, buscándonos y buscándome,
sin brújula, sin faro,
pero navego a muerte y a la muerte
llegare navegando. 

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