Habito tu ahogo

 A ti, hermoso ángel del silencio.

 
Encuentro silente
entre tus penumbras y mis cansancios,
entre tu ahogo y mis ganas de correr…
y llegas a mí, ángel del silencio,
en tarde de julio,
júbilo por encontrar tu alma.
 
Vives habitaciones
desconocidas para mí,
sensaciones no vividas,
afán de tus miradas
de realidad, de verdades,
prisa por tus palabras, tus tonos,
silencios, sonrisas,
abrazos, compañía.
 
Rompo mi miedo
atravesando muros,
caminando con ampollas
en pies,
sin dudar, arriesgando,
llegando.
 
Y tus miedos salen,
abruman, habitas
asfixia de años,
te escondes, colocas
muro de distancia,
caminas a tus pasadizos secretos y ocultos.
 
Dolor te recorre días y noches,
y acá, acompaño tus ausencias,
sin huir, persiguiendo ese destello
de tus ojos miel,
sonrisas de café,
palabras de melodía,
presencia de poesía
y de tus oscuridades y cicatrices
que tienen hermosura.
 
Temes herirme,
temes mi dolor,
y yo, sanando por tu presencia,
dejo atrás pesos, egos,
y extiendo brazos llamando
a los tuyos,
mas hombre,
más humano,
más leal.
 
Y acá, en esta distancia asesina,
no estás sola,
porque mi mente, alma y
sentir
acompaña tus cargas,
tu dolor, tu sufrir…
y temo la noche
que con dagas llega
a tus muros,
a tu mente,
a tus manos
que quizás tiemblen,
a tus labios que pronuncian ya no más,
a tus ojos que con lágrimas secas
reclaman despertares nuevos,
temo la madrugada
que abraza con frío tus paredes,
y tengo miedo,
miedo de no ser mano,
de no ser luz,
de no ser compañía,
de no ser momento de calma.
 
Elevo mi espíritu
a tu manto de silencio,
gritando no temas,
gritando, sin palabras,
no harás daño,
no serás dolor,
ni carga, pesadumbre,
no serás asfixia…
y limpio mis pasados,
libero mis cadenas
para no temas de mí,
del hoy,
para no temas dolor de mi parte.
 
No hay promesas,
solo hoy de compañía sincera, leal,
y sufro tu dolor sin cargas,
intentado aliviar un pedazo de tu tiempo,
quitándole a tu reloj
un pedazo de sin sabores,
siendo el buen ladrón
de tus sonrisas,
pero también
el buen amigo
de tus soledades,
tristezas,
brumas y dolores.
 
Tic, tac, tic, tac,
lento tiempo  
abriga noches largas,
angustia sin gritos…
y desdoblo mi alma
dándote un fragmento
del tiempo que aún nos queda,
en tu noche, en mi noche,
en tu despertar…
y te espero,
aunque allá,
habito tu ahogo
y beso tu mano
sin importar oscuridades,
habito tu silencio
besando tus cargas.
 
#Poesía #ÁngelDelSilencio