de las cadenas de la distancia,
de mí mismo
que a veces se pierde
en el abismo del desconsuelo,
de la asfixia del mundo sin sentido.
Libérame de los adioses,
de las palabras vacías,
de la melodía del destiempo,
libérame del cansancio de los píes
que no llegan a la cúspide,
libérame de la piel seca
con tus besos atlánticos,
con tus poros de manantial,
con tu sexo de poesía.
Libérame de la bruma
que a veces en las mañanas
se cuela en mis ojos de otoños,
de las ansias
de recorrer tus labios
con mi café mañanero,
libérame
de mis cuatro décadas,
de mis no futuros,
de los ya superfluos,
esos, que habitan los agujeros negros
de mi mente de exilio.
Libérame,
mujer vida
y hazme libre
en tus noches de fuego.
#Poesía
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