“La mato y aparece
otra mayor”
S.R.
Caía y caía a un abismo de
nunca acabar, todo en la mente le daba vueltas. En el café, en el espejo, en la
calle, en la lluvia, en la noche, a la madrugada, siempre una presencia que le
resbalaba por su espalda, por su cuello, en las manos, en el ya.
Lo miraba fijamente, era como
si le robara la vida, el alma, como si le arrancara la piel, como si inyectara
su veneno por toda la sangre y en segundos quedara inmóvil. Desgarraba su
cuerpo llevándolo a la asfixia del hoy, del ayer, del imposible futuro. Por
momentos, era como sentir la muerte que subía por sus piernas, apretando,
buscando el mejor lugar para morder.
Huía a sitios desconocidos
para alejarse, para no ser encontrando, pero de nuevo llegaba al sin sentido
del respirar sin razón.
Era como sentir una luz opaca,
purpúrea y oscura que penetraba sus ojos dejándolo en la penumbra, acabando con
cualquier atisbo de esperanza, de ganas, de vida.
¿Qué camino tomar si ya todos
parecían andados, si todos dejaban sin pies? Además ¿Cómo encontrar un camino
sin la serpiente púrpura?
Cansado de luchar en vano se
entregó a su lengua fría, a sus colmillos que destrozaban la carne, a esa piel
que mudaba con cada presa. Se rindió a esa macabra criatura que jamás lo dejó
ser.
Desde esa noche, los
sentimientos fueron disecados, y él, se convirtió en la serpiente púrpura.
#Relatos #Microcuentos
#ÁcidoNeurótico
Escrito: Alexander Moreno
Ilustración: Edwin Giraldo
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