me repetiste que
arriesgara,
y como un sorbo de
humo
mi seguridad me
traicionó;
tus mejillas, tus
labios,
auscultaban mi
andar,
mi respiración piel
adentro.
Afuera solo mí
mirada
recorría sin miedo
tus enigmas de mujer,
tus tiernas
decisiones
de locura
eclipsada.
Y todas las voces
contra mí
¿estás bien?
Quizás me falto la
más sencilla caricia
para tu más
compleja forma de amar;
complejo que tan
solo era atreverse
a escuchar tu
música oculta.
#Poesía
No hay comentarios.:
Publicar un comentario