sonidos que te buscan,
te persiguen,
recorren tus mejillas,
tu cabello,
tu piel morena,
manos que te toman por la cintura,
te arrastran a ese bolero,
y tu sin afán
te dejas llevar;
cerrando los ojos,
entendimos que esa melodía
era solo de nosotros,
solo necesitamos nuestras miradas
y ya nuestros cuerpos sabían el inicio…
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