sábado, 10 de noviembre de 2018

El todo y la nada

I

La puerta se abrió
en lo oscuro de la casa,
la psicodelia eran las ventanas,
el suelo eran llamas,
el techo relojes gigantes,
la mente era el todo y la nada.

II

Los relojes
pendulaban como sables
en la oscuridad,
el sonido punzante
de las manecillas
traspasaba
la piel y el hoy.

III

El sótano rojo,
escaleras negras,
luces verdes,
silla con sangre,
vacío de la razón,
oxígeno sin aire,
todo debajo
de los relojes sin tiempo.

IV

En el baño la tina sucia,
lavamanos carmesí,
las cortinas de la ducha en el suelo,
ventanas rotas,
piso seco de vida,
paredes dimensión de frío.

V

La alcoba ya no guardaba sueños
solo pesadillas en las sabanas,
cobijas de sudor,
puñales en la mente,
insomnios por el suelo,
alcoba del dolor.

VI

Escaleras del dolor
al abismo,
al inconformismo,
escaleras al cielo
y al infierno,
sin fin,
en círculos,
arriba y abajo,
escaleras asfixiantes.

VII

Olores a ayer,
sabores amargos,
licores embriagantes de espejismos,
vasos rotos,
el fuego no alimentó
la noche no sació el hambre.

VIII

El cuarto viejo
no solo guardaba años,
tenía en sus telarañas
sueños no cumplidos,
el polvo fue más que un velo,
ausencias del hoy.

IX

Un patio desolado,
sin cielo,
sin suelo,
fantasmas de humo,
sin agua,
sin sol,
patio sin perros,
sin gatos,
sin vidas leales.

X

Habitación prohibida,
secretos, mentiras,
donde se rasgó la piel
y nadie pagó el precio,
sombras de odio,
no olvido,
no perdón.

XI

En las sillas
descansan los demonios,
aquellos relojes
anuncian la hora de la locura,
en la sala gris
era la fiesta de la
madrugada negra.

XII

Ríos rojos
se acercaban y alejaban,
traían y llevaban
a todos los universos,
sin tiempo
ni distancia,
sin fin,
pasillo del no tiempo.

XIII

Los relojes se detenían
en la biblioteca,
ahí no existían;
los libros tenían su tiempo,
ni la escalera llegaba,
ni la paredes
eran limite,
biblioteca de agujeros negros.

XIV

Las visitas no duraban
más de una noche,
en ese cuarto opaco
la maldición de la soledad
sacaba corriendo la vida,
la habitación de las visitas
no tenía mañana.

XV

Desde el altillo
se veía un sueño,
la ventana alta
tenía una luz
especial,
encima del tiempo,
en el allá,
donde los relojes
no podían llegar tampoco,
donde no había ayer.

XVI

La casa de nadie,
de todos,
el tiempo,
el aquí,
el ahora,
sin ayer,
sin mañana,
el borde del universo
en un solo lugar,
la mente era el todo y la nada.

#ÁcidoNeurótico 

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