lunes, 1 de octubre de 2018

Quizás después sea tarde

Ante la incertidumbre del tiempo
detengo mis preceptos morales,
ahogo mis ideas en la obscena duda,
mezclo las extrañas medidas del ser
concluyendo un nada no satisfactorio.
Al mismo tiempo dudo de la existencia,
porque usted existe,
pero no en mí,
igual que un vaso de color, forma, peso,
adentro tan vacío como el no amor.
Ni Euclides o Séneca
descifran mi problema interior
que del pensamiento-razón-sentir
me apartan de usted.
Usted, celeste, diáfana,
en fin,
maravilloso ángel del olimpo,
luna eclipsada,
que ni minerva o venus
igualan en deslumbrante belleza, simple.
Pero usted indiferente,
no se imagina
el mar de leva que por dentro
me agobia,
en espera de su soplo divino,
del aliento que salga de sus labios
para apaciguar tan gran inconsecuencia de mi ser.
No espere  otro eclipse
porque puedo enloquecer,
o simplemente quedarme
inerte en una galaxia distante,
sabiendo que usted es mi universo total. 

#Poesía

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