Él la esperó todas las noches en el mismo rincón íntimo, ese
rincón que solo él sabía, la esperó desde aquella primera noche en que fue como si hubiese hallado la inspiración de Rimbaud; desde aquella vez, no
pasa una sola noche en que no la espere y hasta ahora van 49 noches...
y tengo toda
una vida para seguir esperándola.
#Microcuentos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario