mariposas susurrando coros,
mariposas tocando el violín
suavemente sin desprenderse de tu oído,
llegan a tus sueños,
llegan a tu respirar…
cierra los ojos,
ellas se regocijan con tu sonrisa,
y tocan, tocan…
ya llegará la noche,
no se desprenderán,
se quedaran en tu noche,
en tu aroma de mujer arcoíris,
déjalas en tu oído hasta el alba,
hasta que la melodía acabe en esta noche de septiembre
y llegue una nueva melodía:
tu despertar.
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