La del amor

Ese adiós que nunca se fue,

que no se dio,
esa despedida sin final,
esa hierba sin flores y nombre,
ese camino sin pasos...
No hubo perdón ni palabras,
solo la tierra supo de la sangre de los que luchan,
solo las lágrimas sin testigo del fin,
del desgarro de ese ahora, del todo,
las balas que mataron la ilusión
también mataron al mayor guerrero,
en ese campo no hubo tumba,
amigos ni gaitas.
De vez en cuando lo visita un fantasma,
alguien con canas que fue el único
que conoció esa batalla,
y con la lágrima en la mano,
cierra los ojos y borra los únicos recuerdos,
de la única batalla que perdió:
la del amor.