A ti, a tu ausencia, a tu muerte.
Alas blancas
extienden su manto,
abrazan la calma
del alma,
lágrimas, gritos,
suspiros,
trascienden en la búsqueda
de aquellos
recuerdos tan
vivos.
¿ Se esconde el pensamiento
o tan solo desparece?
Entre tanto se
agita en el interior
la incertidumbre de
lo no entregado,
el beso oportuno,
el abrazo no dado,
y vos ¿Dónde estás?
¿A dónde te fuiste?
¿Dónde te encuentras?
¿Nos observas?
Quizás si, o no,
tan solo sentimos
adentro la duda de la no presencia.
Flores negras toman
el viento gris,
el camino se vuelve
de lluvia y la puerta negra,
incertidumbre e indescifrable
hoy que se fue,
no tenemos opción de
devolvernos,
desgarro en el
alma,
el silencio más
eterno,
el que más se siente,
el de la ausencia,
el del nunca jamás,
el que rompe los
huesos, los ojos, la noche,
el que quita el
sueño el respirar y el latir,
silencio del ayer,
hoy y mañana.
No te marches de
nosotros,
pensamientos,
recuerdos,
vida, muerte,
llévanos en tu alma
errante,
no queremos la
salida de emergencia:
la soledad sin vos.
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