Querida Ivory
Con desespero le escribo estas
líneas llenas de pasión reprimida, con la agonía de las horas que no tienen la
velocidad de los amantes sino el sufrimiento de la distancia, con la locura del
whisky en la sangre y en la cabeza.
Este encierro me tiene loco,
noches con sus días que acaban con mi vida, con mis atisbos de cordura, con mi
mente. El confinamiento extremo me lleva a pensarla aún mucho más. Las
cicatrices en mi piel que usted hizo con su sudor, con su sexo, su lengua, con
sus muslos y uñas, todas se abren a la medianoche, a media mañana, y sin cerrar
los ojos la siento en mí; escucho su voz susurrando mi nombre, cierro los ojos
y sus gemidos se hacen melodía del éter, mientras recuerdo como mis dedos
buscaban por debajo de su falda la humedad que me mata. Sabe, mi libido ha
aumentado por el encierro, no sé si le pasará lo mismo, pero mi sangre hierve,
mi carne la piensa, inevitable no desearla con frenesí. De saber que este
encierro iba a ser tan largo y penoso, hubiera viajado antes para haber
confinado estas ganas en su cuerpo y haberme encerrado en sus ojos, para que
saciara esta piel de usted.
En esta casa hay muchos
silencios, de esos que asesinan cuando hace falta el sol, la vida afuera, el
aire, de esos silencios que a gritos continentales claman por usted, de esos
silencios que tienen orgasmos de locura, de esos silencios que buscan el sonido
de los fluidos de sus piernas temblorosas.
Más que pensarla y desearla,
como usted ya lo sabe, como su piel ya lo conoce, acá habita en mi alma, en mi
erotismo, acá, usted es mis pasos, mi sed y agua, mi sombra.
Siempre de usted.
Louis.
Para: Louis
De: Ivory
Hola querido Louis, no sabe qué alegría me dio
recibir su carta. Debo reconocer que me agrada que lo esté pasando mal. No, no soy malvada; pero mi mente no hace
más que imaginarlo desesperado, hambriento por mí, con su excitación
evidenciándolo... este encierro cada vez es más grande, parece que está por
terminar y dan una nueva fecha. El viajar antes hubiera sido
maravilloso, poder pasar la cuarentena juntos. Yo también lo he pasado mal... o bien, ya no lo sé. Lo pienso mucho, lo
imagino y juego, mis dedos no hacen más que pensarlo, ¿le conté qué compré un
nuevo juguete? No, era mi secreto pero ya se lo cuento, las compras por
Internet son muy eficientes; lo pedí un viernes y el lunes estaba frente al
espejo viendo cómo se erectaban mis pezones al pasarlo por ellos y hacerlo
vibrar, es delicioso, también lo pasé de mi oreja recorriendo mi cuello, es tan
excitante, cuando pueda viajar lo tocaré con el, sentirá el placer que me da. Volviendo
a cuando estaba frente al espejo, me senté sobre mi cama de rodillas, algo
separadas, pasaba el vibrador en la máxima potencia entre los pezones y bajaba
un poco más, cerca, muy cerca de mis labios, no sé por cuánto tiempo alargué
esa agonía, solo puedo decirle que cuando me liberé fue la explosión más
alucinante, debo decirle que en medio de mi orgasmo grité su nombre, arrugué
las sábanas, me aferré a ellas, como un naufragó se aferra a una tabla para
salvarse.
Yo también lo pienso y no solo por las noches, las
mañanas al despertar siento más necesidad de pensarlo y lo pienso. Lo imagino,
besando mi cuerpo, mordiéndolo, tocándolo, vibrando muy dentro de el, fundiéndonos
y vuelvo a sacar mi juguete y sigo complaciéndome, dándome placer hasta quedar
empapada, con la garganta seca, las piernas temblorosas, algunas veces hasta termino
sorda y creo, llegó a pensar, que será sufiente por varios días, y por la noche
lo vuelven a invocar con mis pensamientos... así que mi querido Louis, yo
también lo estoy pasando con el libido elevado, muy elevado, haciendo
explosión, es un éxtasis alucinante.
P. D. Espero que pronto termine esta cuarentena y que
nos podamos ver y sentir.
Suya,
Ivory.
Carta a Louis por Alma Alada.
Carta a Ivory por Alexander
Moreno.
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