viernes, 30 de agosto de 2019

Me llené de ti, en ausencia de mí.


Me llené de ti en aquel amanecer de sombras. Mientras caminaba por la playa nocturna, una presencia llegó del cielo, del universo, para quitarme los pasos. Como un ángel invisible, sentí que me abrazaba un eco de otros tiempos, de otras noches, de otro momento de éxtasis. Me tomó la mano, me aferró a un suspiro de vida, me llevó a dejar huellas imborrables por el agua salada del hoy. Me quitó las penas, el cansancio, el ayer. Me susurró al oído las melodías oscuras de los agujeros negros, me dejó una canción de medianoche que se tatuó en cada cicatriz, en cada pedazo de piel, en cada gota de sangre, en mi barba de caminos sin miedo.
En ausencia de mí, cada latido se llenó de la melancolía, de la ternura de esa compañía, que me llevó al amanecer leal, ese que solo conocen los amantes sin máscaras, ese que conocen los poetas malditos, ese que conocen los cuerpos mojados de sexo.
Oculto en aquella arena secreta, el sol auguraba una tormenta de recuerdos, pero yo no quería revivir lo vivido, no quería desprenderme de esa presencia, no quería despertar de la realidad irreal.
Ahora, camino en calles de concreto, en gotas de lluvia ácida, en medio de gente sin alas, de ceños fruncidos, devolviéndome a esa única noche, en la que un ángel de las sombras me llenó de su luz.
Cada medianoche cierro los ojos y me lleno de ella, en ausencia de mí.

#Relatos #Microcuentos #RetoJazzz 


jueves, 29 de agosto de 2019

Ven en vestido negro

Calles de medianoche,
oscuras, frías,
calles mojadas
escondiendo pasiones reprimidas,
ocultando en las esquinas
historias,
crímenes de cobardía,
miedos.
Acá, en mi piel nocturna,
te traigo huyendo de la realidad
que persigue,
que acecha.
Acá, te dejo una parte no conocida,
te quito la vergüenza,
para que me des tu lado perverso,
oculto,
que pide luz.
Secretos de sudor
en tu entrega.
En esta ciudad llega la mañana
y las máscaras retornan a la realidad.
Ven de nuevo en la noche,
la ventana está abierta,
Ven en vestido negro
y no traigas ropa interior.

#Poesía 

martes, 27 de agosto de 2019

Deliciosa seducción

Portal de locura
al otro lado del espejo
mientras la mirada
recorre poro a poro
aquella piel de seda.
Encantación de madrugada
despertando el erotismo
de fuego,
silueta de pasión,
cabello de noches sin dormir,
curvas de humedad,
senos de whisky,
labios de sexo.
La tinta abraza tu cintura,
tus caderas,
piel refugio de entrega,
deliciosa seducción,
fatal mujer de éxtasis.

#Poerotic 
#ElWhiskyDeMediaNoche 

domingo, 25 de agosto de 2019

Carta de medianoche


La noche llegaba con el calor asfixiante, los ventiladores en las casas, llenaban de suaves sonidos la atmósfera de aquel pueblo caribeño, muy al fondo sonaba la canción “Tu fantasma” de Silvio Rodríguez. Descalzo, caminaba entre las habitaciones buscando ropa, la maleta, aquella carta que había escrito minutos antes y mi botella de whisky, no recordaba dónde la había dejado. En mi mente recreaba cada palabra escrita y preparaba el viaje para ir a buscarla una vez más.

Meses antes, recordaba, la tenía en mis brazos. En aquellas noches de calor, nos quitábamos la ropa y hacíamos el amor hasta quedar dormidos desnudos. No salía de mi mente esa imagen de ella, con su ropa interior de encaje negro, otras veces blanco, con sus labios seductores, con sus senos de encantación, sus grandes caderas de fuego, su cabello largo negro, no podía dejar de pensar en como se desnudaba para mi mientras bailaba al son de un bolero, como me hacía el amor sin mañanas, sin ataduras, sin prohibiciones, con todas las perversiones posibles. No salía de mi mente su caminar sensual, como cruzaba sus piernas frente a mí para llevarme a la locura, como con sus minifaldas me descontrolaban, al igual que sus caricias, su voz, su todo.
Ella, viajaba frecuentemente, era una mujer libre, a veces desde la selva, otras desde el mar, desde la montaña y desde las ciudades. Yo, no podía vivir tantos días sin ella, por lo cual siempre salía a buscarla, a hacerla mi hoy. Eso, a ella le perturbaba un poco, no estaba acostumbrada a tanta compañía, aún sabiendo, que me decía que me quería.
Salía a buscarla, no importaba dónde se encontrara, allá la buscaba. Le escribía cartas a medianoche, a esa hora, era mi yo más real, sin máscaras, lo que quedaba en esas hojas y líneas era lo más leal al sentir y a la verdad.

Esa noche de octubre, escribí mi última carta de medianoche, pero no lo sabía aún. Llevaba ya más de dos meses sin saber de ella, sabía que estaría en la selva, en un proyecto nuevo, incomunicada por la cobertura de señal del sitio, además, estaban construyendo una carretera nueva, no tendría acceso si iba a visitarla. Sentía como si fuera ayer que estábamos haciendo el amor, si hubiera sabido que esa iba a ser la última vez, le hubiera hecho sentir muchos más orgasmos de despedida. En la medianoche ya, tomé una hoja en blanco, empecé a escribirle sobre la falta que me hacía, que la distancia me daba a comprender que era el amor de mi vida, la necesitaba a mi lado y me necesitaba al lado de ella, no tenía mucho sentido tanta perturbación en mi mente por no estar con ella. Decidí, al terminar de escribir la carta, ir a llevársela personalmente, a buscarla, a hacerle el amor, la vida, el hoy, el siempre. Era muy impulsivo, no sabía si eso era bueno o malo. Llamé para que me recogieran y me iría a buscarla.

De pronto, llegó corriendo un niño y antes de partir me entregó una carta. Al abrir la carta, sentí de inmediato que el mundo se derrumbó a mis pies. Las palabras que derritieron mi tiempo fueron: fuiste muy especial para mí, pero cada uno debe continuar su viaje, en un mes me caso, creo que conocí por fin al amor de mi vida, ahora vivo en Medellín y te deseo una buena vida. Posdata: escribí esta carta a la medianoche, así como te gusta escribirlas a ti. Adjunto tarjeta de invitación a mi matrimonio, por si deseas venir. Sin rencores.

Cogí la carta, la rompí y la tiré a la calle. Maldita vida de mierda.
Saqué un cigarrillo, lo encendí, destapé mi botella de whisky, me llevé un trago a la garganta y fue inevitable no llorar. Una vez más el amor me ganaba.

#Relatos #Cuentos

viernes, 23 de agosto de 2019

Suave azul

Suave piel de seda,
azul de elegancia sublime,
dibujas suspiros de música cómplice,
tacones de seducción,
camino de medianoche.
Y tus palabras,
seducen más,
sabiduría de vida,
impulso de ánimo,
experiencia del sentir
¿Quién eres en esa canción íntima y cómplice?
La encantación te recorre,
auscultando la balanza de la admiración.
Azul, negro, inteligencia,
piel de tequila,
cómplice de una noche de melancolía.
Eres azul, vida.

#Poesía 

jueves, 22 de agosto de 2019

Oculta

Oculta, entre sus ojos de miel, se hallaba la princesa de la laguna azul.
Cuando la buscaba, no tenía que mirarla de frente, la buscaba a través de aquel espejo, en donde yo cada mañana me miraba. Lo extraño era que nunca la había visto a los ojos, pero en mi mente estaba esa presencia como si fuera una realidad. Me tomaba de la mano, me hacía pasar aquel portal, me llevaba a un universo de estrellas de perlas, y allá, me hacía el príncipe de su reino de manantiales.
Los espejos de la realidad e irrealidad me llevaban entre mundos cada mañana. Un golpe en la puerta unió los portales del tiempo. Era ella, por fin, como un ensueño la vi, y en sus ojos la realidad. Me perdí y nunca más desperté.

#Microcuentos #Relatos

Deliciosa maldad

El calor de medianoche se apodera de mi sangre,
pulula en mi habitación la libido…
tu vestido negro se resbala suave por tu piel
y el viento llega a tu entrepierna
subiendo por dentro,
mojando tus labios rosados.
Tu templo suavemente se abre,
le da paso a tus dedos
que penetran tu pasión.
Tus senos rosados
se excitan mientras tu cabello
acaricia los pezones como hielo derritiéndose,
y mueves las caderas lento,
la sabana acaricia tu humedad,
sientes el fuego.
Mis ojos van adentro,
mi lengua pasa lentamente desde tu espalda
hasta tu clítoris excitado…
Súbete el vestido,
abre tus perversiones,
saca tu lengua,
méteme en ti, ,
sácate lo prohibido,
moja mi perversión a chorros,
desnúdate,
vente en ti,
vente en mí,
que tu vestido negro quede oliendo a tu sexo,
agáchate,
sedúceme,
enloquéceme con tu lujuria
hasta que te duela de placer,
cómeme,
se mi puta nocturna,
mi inspiración erótica de día,
se tú,
deliciosa maldad.

#ElWhiskyDeMediaNoche
#Poerotic

lunes, 19 de agosto de 2019

Rampante

Rampante medianoche que llegó
con la furia de la tempestad.
Me vestí de tristeza
en aquella madrugada
de oscuridad,
solo recordaba las noches de tu piel,
sentía el humo de la ausencia,
transfusión de tequila
a mis venas.
El cenit de mí locura,
mata.
Piensa en mí
y quítame esta noche
que se acabó.

#Poesía

Me desahogo en ti

A veces quisiera no ser palabra,
ni hoja en blanco,
ni letras.
A veces no quisiera ser poema,
ni cuento,
ni escrito.
A veces solo quisiera ser tu mirada,
tu suspiro, tu anhelo.
A veces solo quisiera sentir tu mano,
oler tu cabello,
acariciar tu mejilla suave,
sentir tus labios rojos
llenos de vida.
Y en esos quisiera,
quedarme en un abrazo,
en donde el tiempo por fin tuviera sentido.
A veces, siempre,
solo soy un mortal
que sueña lo inalcanzable,
que desea saborear un bocado de ángel,
un beso del fuego de tu ser
¿Cómo romper esta maldición, bendita?
¿Cómo romper la distancia?
¿Cómo saber si sientes mi sentir?
Esta noche,
como muchas ya,
me quedo en ti,
en tu piel desnuda,
en tu cama cálida.
Dejo mi realidad
y huyo a tu estela de medianoche,
aún sin saber
si me puedo quedar para muchos ahoras.
Me desahogo en ti,
y dejo en estas letras,
un sentir que ninguna ha tenido.

#Poesía 

martes, 13 de agosto de 2019

Luz

Empiezo a conocerte,
no sé tus buenos o malos momentos,
solo sé que llenas mi existir de una nueva luz.
Te interpreto, te dibujo en poemas
y siempre regreso al tuyo,
a tu poema de noche
que me hace trascender
en un éter de placer silencioso e íntimo.
Debo abrir los ojos, buscarte,
buscar la presencia de tu alma,
ese tufillo embriagante de pasión
que se apodera de mis más profundos enigmas.
Y sin ningún esfuerzo
encuentro  tu apoyo oportuno
como un mensaje de estimulación,
como aquella ilusión,
como una inmarcesible ilusión.
Ilusión que más de encantadora
se convierte en el latido de mis pasos
-que por cierto recorren ese hálito
que desencadenas al llamarme con tu mirada-
y que saben que cuentan contigo,
porque ya no llenas un poco mi frenesí
sino que alimentas mi fogata de amor,
encienden mi razón de vivir,
y me hacen auscultar tus miedos,
tus pasiones,
para acompañarte
hasta el más profundo
y secreto inventario
de nuestra existencia fugaz.

#Poesía 

domingo, 11 de agosto de 2019

En La Habana dejó su piel.


El viento del mar subía por sus piernas, en el malecón llegaba la noche, en ella, empezaba el erotismo nocturno a acompañar esa brisa debajo de su falda. Al fondo los boleros, los sones, las calles con su música, las historias que empezaban el rumbo del amanecer. En las calles, las faldas cortas, las blusas con tirantes, las pieles bronceadas por el calor de la sensualidad. La Habana preparaba un encuentro y él no olvidaría.

Huyó de la cotidianidad de la ciudad de montañas, del frío que a veces calaba en los huesos, en el alma. No lo pensó dos veces, necesitaba escapar. En el avión, por la ventana, miraba los paisajes llenos de verde, de azul, de diminutas formas, era imposible no pensar en lo pequeños que podemos ser en un universo tan extenso. Por fin su nuevo destino lo saludaba. El calor del caribe, la brisa del mar, la carretera rumbo al hotel, el mar llegando a los faroles de esas calles, los autos viejos que llevaban a una película de los setentas, las casas con sus fachadas antiguas, era la fascinación de un extranjero. Al principio le fue difícil entender un poco el acento, para él, hablaban muy rápido, pero se adaptó pronto.
Eran las 3:17 pm, cuando después de una siesta y una buena ducha, salió a recorrer las calles. Era imposible no sentir la vida en esas calles, las miradas, las pieles trigueñas, canelas, morenas, se sentía la libertad y el alma sin ataduras. Después de varios años de asfixia, de rutinas asesinas, así se sentía.
Escuchaba la música en las calles, se respiraban melodías, boleros, sones, ritmo, las mujeres llevaban el son en sus pieles, en sus caderas, en su sensualidad, en sus escotes, verlas, era ver noches de erotismo, estaba perdido, fascinado.
La única rutina de la que no podía escapar era la de tomar su café. Sentado, saboreando un café, seguía contemplando el caribe por las calles viejas de La Habana en una tarde de Julio. Llegando al hotel, cuando la noche estaba saludando las pieles suaves, cuando la luna besaba los escotes para darles pasión, cuando la brisa de la tarde subía por las faldas sueltas, apareció ella. Apareció al otro lado de la calle; en el malecón caminaba como soplo de viento, como bolero de todos los tiempos, caminaba y llevaba fuego en sus caderas, la sensualidad de sus piernas eran destino de locura, la transparencia de su blusa invita un cuba libre en su piel. La deseó con la sed del frío que ansía al sol, la quería en su piel como sábana de medianoche mojada de sudor, de placer. En la habitación de su hotel no dejaba de imaginarla, no había visto una mujer tan llena de vida.
Descansó un rato, después de la cena, salió a buscar en esa noche, un entretenimiento, conocer, dejarse llevar por una noche de fantasía.

Aquellas mesas con copas de vino, de licor, de cuba libre, de cervezas, las sillas de madera, las luces, el escenario, la atmósfera de encantación, las mujeres haciendo la noche, los señores conquistando sueños eróticos de una noche, la cantante engalanando la noche con un bolero, los acentos, el humo, las historias, las voces, y de repente, ella de nuevo. Todo se detuvo otra vez. Él, en la barra, la miraba como una actriz de novela, como madame de una obra literaria, como una diosa del olimpo, pero ahí estaba y lo miró. En esa mirada sabía que se perdería.
Ella bailaba un bolero, en su cuerpo la melodía tomaba forma de orgasmo, su cabello suelto lo invitaba, era como si estuviera viendo un show solo para él. Ella se acercó a la barra y lo saludó, sabía lo que deseaba de él, y lo tendría.
Bailando, lo llevó a su mundo, sus manos a su nuca, le respiraba al oído, lo miraba a los ojos y se mordía los labios, lo apretaba a su cintura, hacía que sintiera sus senos tropicales, se movía como  viento que mece las palmeras, estaba jugando con su mente, lo quería enloquecer y lo hacía. Lo besó, pasó su lengua por sus labios como quien saborea la miel hasta no dejar una sola gota por besar, pegaba sus muslos a los de él, le llevó las manos a sus caderas, se dió media vuelta, le llevó la mano a su cintura, meneaba sus caderas hasta sentir su erección, ella, húmeda también no podía contenerse.
En esa habitación de hotel, con la luz tenue de los faroles viejos, ella le quitaba la piel. Sentía su respiración acelerar como turbina, escuchaba su vestido rozar con su piel, como resbalaba como gota de roció, sus senos le invadían la boca, se metían como huracán buscando la lengua, las manos en sus caderas sentían el desborde de lujuria. Lo tiró a la cama, bailaba un son para él, se sentó en su cara y bailó, gemía como ritmo de un bongó tocado por la noche, con sus caderas le asfixiaba, él bebía un cuba libre en medio de sus piernas. Encima, ella, se movía como tormenta tropical, alzaba sus brazos, dejaba su cabello tapar su cara, llevaba las manos de él a sus senos, con sus muslos lo apretaba fuerte, gritaba, se recostaba en su pecho, lo mordía, lo rasguñaba, le arrancaba la piel con su sexo. Húmeda, como isla rodeada de mar, lo llevó a meterse en lo más profundo de su cuerpo. Ella tembló encima de él, dejó que sus ojos se retorcieran al igual que su cintura, derramó en él toda el agua de mil tormentas de sexo y lujuria. Él, terminó en ella como volcán que llevaba conteniéndose por años del frío. Podía quedarse a vivir en esa piel de éxtasis, amanecer y morir todas las noches en medio de sus piernas, de sus senos, de sus labios, lengua, cabello, de su todo.
¿Cuál es la mejor despedida para uno de los mejores orgasmos de toda la vida? uno más, y otro, pero tarde que temprano el viaje terminaría.
Ella se quedaría con su piel, ella que era fuego, tormenta, mar. Él, regresaría a sus montañas, a seguir tomando café en tardes de lluvia y melancolía. En su piel llevaba tatuada La Habana, esa que le dejó una nueva piel, la que jamás se podría quitar, así se amaneciera en otras pieles.

#Relatos #Erotismo #ElWhiskyDeMediaNoche 

Modus operandi

Pasaba su lengua por mis labios,
su mano entre la camisa,
me tiraba a la cama,
ponía su pie en mi pecho,
me mostraba su liguero
con descaro,
se sentaba en mi cara,
mi barba humedecía con su lujuria,  
sus caderas se movían lento,
sus senos jugaban con mi boca.
Sentir su temblor,
mojarme de ella,
dormir en su desnudez,
despertar en medio de sus piernas,
nuevamente morir, renacerme,
quedarme en ella.

#Poesía
#ElWhiskyDeMediaNoche

viernes, 9 de agosto de 2019

Luz de vida

Luz de vida  
delante de la mirada, 
flores blancas 
en el cabello de las ilusiones, 
manos suaves
llenas de blancos
caminos de sueños.
Angelical rostro mezclado
con el soplo de la vida,
con los rayos de la quintaescencia del viento.
Blancura de ángeles,
cinta de ternura,
perlas de sonrisa.
La seda del rostro auscultando
la real hermosura del ser,
mujer, niña, pureza, flor,
inmarcesible belleza.

#Poesía

miércoles, 7 de agosto de 2019

Vive

“Vive a tu manera la vida es
solo un camino hasta el final”
H. d  T.


Haz una pausa,
detente,
respira, inhala.
Disfruta tu café,
el hoy,
el beso, el abrazo,
escucha esa canción,
súbele al volumen,
apártate, despréndete,
cúrate.
Cierra los ojos,
siente,
llora de emoción,
huele la flor,
camina lento,
lee con alegría,
besa con pasión.
Quítate los zapatos,
las cargas,
el ayer.
A tu manera,
con tus manos,
con tus pies,
solo un camino,
solo un final,
vive,
ya.

Déjame

Déjame oler tu cabello de cielo,
déjame cerrar los ojos
y quedarme un rato en él,
déjame ser nube,
déjame ser viento que acaricia
tus pliegues dorados, negros.
Deja que mis dedos
se pierdan en tu ondulante
invitación a sentir.
Déjame vivir en tu cabello
una noche,
un suspiro eterno.

#Poesía

lunes, 5 de agosto de 2019

Ensoñación carmesí

Frescura de la mañana,
cabello de sol,
el primer café en tus ojos,
mirada del hoy,
besos de desayuno,
labios de vida,
rojos, suaves,
ensoñación carmesí.
Sonrisa de agosto,
compañía íntima de medianoche,
secreta, confidente…
¿Cuántas sonrisas hay en tu luz?
¿Cuántos amaneceres en tu mirada?
En tus ojos cerrados, sueños,
suave invitación de fogata,
amanecer de ocultos sentires.
A tu piel las letras,
a tus sueños un suspiro,
linda presencia de universo,
frescura de vida,
cabello de lluvia.

#Poesía

domingo, 4 de agosto de 2019

Conveniente

Cabello de brisa de mar,
piel de tardes de sol.
Sus piernas el son,
caminos, playa,
viento atlántico,
sus muslos un bolero,
mirada de medianoche,
ensoñación caribe.

#Poesía

viernes, 2 de agosto de 2019

Sillón de pasión

Llegaste oportuna a la noche cómplice,
la semitransparencia de tu blusa,
tus tacones,
toda tú en atmósfera con la música
que sonaba en ese momento…
Buscaba en las cajas
la botella de vino,
y mis ojos te buscaban en ese sillón.
Te quitabas los tacones,
tus manos empezaron a subir la falda
para bajar las medias veladas,
lentamente me insinuabas
tu piel, mientras soltabas tu cabello…
Mi deseo incontrolable
te auscultaba,
y fue imposible no rendirme a tus pies.
Besaba tus piernas, tus muslos,
mis manos quitaban la blusa,
sentía tu corazón latiendo,
tu respiración en mi oído
explotó mis emociones.
Mis dedos tocaron un bandoneón en tus poros,
desnuda, llegué a la mujer oculta,
me hiciste temblar,
dejaste tu sabor de éxtasis en mis labios,
toda tu ropa encima de las cajas,
en el sillón y en mí
tu humedad,
y yo dejé en ti
la marca
de la complicidad
que solo dos amantes conocen
en la madrugada sincera.

#ElWhiskyDeMediaNoche