tu beso tan majestuoso,
que alucine mi vida
y alargue mi
partida a la soledad.
Sales a recorrer
tus momentos,
mientras yo espero
con el humo en mi cabeza,
ansío tu mirada
azul,
tu abrazo
inmarcesible.
Estoy aquí,
mi pensamiento tras
de ti,
mi mundo,
un campo minado de
besos por estallar,
suspiros de sangre,
efervescencias de
deseos
y tan solo mi
cuarto me espera silencioso,
pero tu aire me
recorre e inmediatamente parto contigo,
siguiendo tu
perfume de olimpo,
siguiendo tu piel,
tu cuello…
a veces mi
respiración se queda estática
extasiada por la
forma en que auscultas mis ojos de loco,
de enamorado.
De nuevo respiro,
percibo tu mano en
la mía,
siento tus labios
en los míos,
pero estas tan
lejos ya,
que es absurdo que
no te demores.
Y abrazo a la
desesperación,
la falta de calma
me hace escapar de estas luces nocturnas
para perderme tras
tu recuerdo.
Demasiadas horas
sin ti a mi lado acaban por asfixiarme,
queman, secan, agonizan
el ahora,
quizás me
reconforte un poco
saber que viajo
contigo,
que no tardas,
que mi mente, mi
pecho
a todo pulmón piden
tu regreso a casa,
a mi mundo soñador
y real,
a mi rincón del
alma,
a mi lado,
a mi cama, a tu
café…
tengo un jardín
azul,
un barco ebrio,
un reloj derretido,
la sin máscara de
la experiencia,
tengo mis manos que
buscan tu todo,
para que viajemos
juntos
y dejemos a las
horas solas, sin nosotros,
porque estaremos en
nuestro tiempo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario