sábado, 10 de marzo de 2018

Melancolías

Me levanto en mi noche sediento de vida,
buscó en los rincones de la habitación
y solo encuentro muros,
telarañas que envuelven hasta los suspiros,
por las rendijas entra el aire que congela los huesos,
la piel y a veces hasta las palabras,
se detienen el tiempo y el universo en la oscuridad,
un dolor cual daga en el costado acecha
mientras intento engañarlo,
pero al final el único engañado soy yo y mis huesos.
La realidad del tiempo cobra una a una mis maldiciones,
realidad que sin máscaras me lleva al abismo
y en el fondo me deja sin aliento y sin camino...
mientras a lo lejos esos espejismos surrealistas se caen en mi hoy
y en mi mañana, 
derriten hasta el insomnio y me desfiguran,
solo quedan pedazos de sonidos,
vestigios y una que otra muestra de lo que se era, de lo que se es...
no queda más espacio en esta habitación,
solo vacío,
solo ausencia de palpitar,
melancolías que hacen fiesta en cuatro paredes de miseria,
melancolías sinceras esperando el final,
melancolías sin afán, sin licor y sin rumbo.

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